Leyendo y Creyendo

Las predicciones del Antiguo Testamento

El Etíope leyendo Isaías (Hch 8:26-36)

(27) Felipe emprendió el viaje, y resulta que se encontró con un etíope eunuco, alto funcionario encargado de todo el tesoro de la Candace, reina de los etíopes. Éste había ido a Jerusalén para adorar (28) y, en el viaje de regreso a su país, iba sentado en su carro, leyendo el libro del profeta Isaías. (29) El Espíritu le dijo a Felipe: «Acércate y júntate a ese carro.» (30) Felipe se acercó de prisa al carro y, al oír que el hombre leía al profeta Isaías, le preguntó: —¿Acaso entiende usted lo que está leyendo? (31) —¿Y cómo voy a entenderlo —contestó—si nadie me lo explica? Así que invitó a Felipe a subir y sentarse con él. (32) El pasaje de la Escritura que estaba leyendo era el siguiente [Is 53:7-8]: «Como oveja, fue llevado al matadero; y como cordero que enmudece ante su trasquilador, ni siquiera abrió su boca. (33) Lo humillaron y no le hicieron justicia. ¿Quién describirá su descendencia? Porque su vida fue arrancada de la tierra.»[a] (34) —Dígame usted, por favor, ¿de quién habla aquí el profeta, de sí mismo o de algún otro? —le preguntó el eunuco a Felipe. (35) Entonces Felipe, comenzando con ese mismo pasaje de la Escritura, le anunció las buenas nuevas acerca de Jesús. (36) Mientras iban por el camino, llegaron a un lugar donde había agua, y dijo el eunuco: —Mire usted, aquí hay agua. ¿Qué impide que yo sea bautizado?

Creemos porque está predicho (una fe no-ciega)...

Muchas profecías cumplidas...

Su procedencia profetizado...

Su ministerio profetizado...

Acontecimientos contemporáneos profetizados...

Su muerte profetizada...

Conclusión: Creemos “según las Escrituras”

La fe del cristiano no es ambigua, sino que se basa en el fundamento de las Escrituras. De hecho, el concepto “conforme a las Escrituras ” es fundamental para comprender el Evangelio y la victoria…

1Co 15:3-4  Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras,  (4)  que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras,