La Sumisión a mi Autoridad
INTRO: Cristo nos
Sana de nuestra Rebelión
Isaías describe la rebelión como una
enfermedad. Se manifiesta en la desobediencia, la manipulación,
las críticas, inconformidades, y de muchas otras formas.
Isa 53:5 Él
fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras
iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de
nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.
Obedecemos a Dios y
no a los hombres...
Para entender la sumisión al hombre,
primero hay que saber obedecer a Dios...
La Ley de Dios toma prioridad sobre la Ley del
hombre (Act 5:28-29)...
—Terminantemente
les hemos prohibido enseñar en ese nombre. Sin embargo,
ustedes han llenado a Jerusalén con sus enseñanzas, y
se han propuesto echarnos la culpa a nosotros de la muerte de ese
hombre. (29) —¡Es necesario obedecer a Dios
antes que a los hombres! —respondieron Pedro y los demás
apóstoles—.
Las Autoridades
Establecidas por Dios
Dios ha establecido autoridades para protegernos y
bendecirnos. Nuestra sumisión a las autoridades que Dios pone
sobre nosotros es parte de la vida cristiana.
1. Sumisión
al Gobierno (Ro 13)
Todos deben someterse a las autoridades
públicas, pues no hay autoridad que Dios no haya dispuesto,
así que las que existen fueron establecidas por él. 2
Por lo tanto, todo el que se opone a la autoridad se rebela
contra lo que Dios ha instituido. Los que así
proceden recibirán castigo.
A veces eran maltratados por las autoridades los
primeros cristianos -
2Co 11:24-25
Cinco veces recibí de los judíos los treinta y
nueve azotes. (25) Tres veces me golpearon con varas,
una vez me apedrearon…
Heb 10:34
También se compadecieron de los encarcelados, y
cuando a ustedes les confiscaron sus bienes, lo aceptaron con
alegría…
Pablo apeló a la protección de la
ley - Act 23:1-5
Pablo se quedó
mirando fijamente al Consejo y dijo: —Hermanos, hasta hoy yo
he actuado delante de Dios con toda buena conciencia. (2)
Ante esto, el sumo sacerdote Ananías ordenó
a los que estaban cerca de Pablo que lo golpearan en la boca. (3)
—¡Hipócrita, a usted también lo va a
golpear Dios! —reaccionó Pablo—. ¡Ahí
está sentado para juzgarme según la ley!, ¿y
usted mismo viola la ley al mandar que me golpeen? (4) Los
que estaban junto a Pablo le interpelaron: —¿Cómo
te atreves a insultar al sumo sacerdote de Dios? (5)
—Hermanos, no me había dado cuenta de que es el
sumo sacerdote —respondió Pablo—; de hecho está
escrito: “No hables mal del jefe de tu pueblo.”
Act 25:11 Si
soy culpable de haber hecho algo que merezca la muerte, no me niego
a morir. Pero si no son ciertas las acusaciones que estos judíos
formulan contra mí, nadie tiene el derecho de entregarme a
ellos para complacerlos. ¡Apelo al emperador!
2. Sumisión
en la Familia (Ef 5-6, 1Pe 3)
Esposas, sométanse a
sus propios esposos como al Señor. (Ef 5:22)
Hijos, obedezcan en
el Señor a sus padres, porque esto es justo. (Ef 6:1)
3. Sumisión
en la Iglesia
Obedezcan a sus
dirigentes y sométanse a ellos, pues cuidan de
ustedes como quienes tienen que rendir cuentas. Obedézcanlos a
fin de que ellos cumplan su tarea con alegría y sin
quejarse, pues el quejarse no les trae ningún provecho.
(Heb 13:17)
4. Sumisión
en el Trabajo
Como siervos de
Cristo (Col 3:22-24) Esclavos, obedezcan en todo a sus amos
terrenales, no sólo cuando ellos los estén
mirando, como si ustedes quisieran ganarse el favor humano, sino con
integridad de corazón y por respeto al Señor. (23)
Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana, como para el
Señor y no como para nadie en este mundo, (24)
conscientes de que el Señor los recompensará con
la herencia. Ustedes sirven a Cristo el Señor. [...Ef
6:5-8]
Respetando a
los “insoportables” (1Pe 2:18-20) Criados,
sométanse con todo respeto a sus amos, no sólo a los
buenos y comprensivos sino también a los insoportables.
Siendo buenos
ejemplos del Evangelio (Tit 2:9-10) Enseña a
los esclavos a someterse en todo a sus amos, a procurar
agradarles y a no ser respondones. (10) No deben
robarles sino demostrar que son dignos de toda confianza, para
que en todo hagan honor a la enseñanza de Dios nuestro
Salvador. [véase 1Ti 6:1-2]
Hay grande bendición
en saber quién manda...
Mat 8:5-13 - La fe
del centurión - Al entrar Jesús en Capernaúm,
se le acercó un centurión pidiendo ayuda. (6)
—Señor, mi siervo está postrado en casa con
parálisis, y sufre terriblemente. (7) —Iré
a sanarlo —respondió Jesús. (8) —Señor,
no merezco que entres bajo mi techo. Pero basta con que digas
una sola palabra, y mi siervo quedará sano. (9) Porque
yo mismo soy un hombre sujeto a órdenes superiores, y además
tengo soldados bajo mi autoridad. Le digo a uno: “Ve”, y
va, y al otro: “Ven”, y viene. Le digo a mi siervo:
“Haz esto”, y lo hace. (10) Al oír
esto, Jesús se asombró y dijo a quienes lo seguían:
—Les aseguro que no he encontrado en Israel a nadie que
tenga tanta fe...
(13) Luego Jesús le dijo al
centurión: —¡Ve! Todo se hará tal como
creíste. Y en esa misma hora aquel siervo quedó sanó.
CONCLUSIÓN:
¿Qué es “la mano de Dios” en mi vida?
...Revístanse
todos de humildad en su trato mutuo, porque «Dios se opone a
los orgullosos, pero da gracia a los humildes» [Prov 3:34].
6 Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para
que él los exalte a su debido tiempo. (1Pe 5:5-6)
Habiendo estudiado sobre la sumisión,
entendemos que la mano de Dios es mi patrón, mi familia, las
autoridades humanas, y la iglesia. Aunque mi autoridad es humana y
tiene deficiencias, y hasta injusticias, Dios la tiene en mi vida
para bendición.
Disciplina y Esperanza - La promesa del Evangelio
es “libertad”, y debemos experimentar esa libertad, aún
en nuestra sumisión a Dios. Sin embargo, es esencial
comprender que el camino a la libertad es el camino de la disciplina.